Son los procesos emocionales que dan color y sabor a todo lo que vivimos, sentimos y experimentamos a lo largo de toda nuestra vida y establecen los límites de lo que podemos alcanzar y de lo que no podemos lograr y de lo que está totalmente fuera de nuestro alcance. Las creencias son fundamentales en nuestro ser, moldean nuestra percepción del mundo y determinan límites a nuestras capacidades, aunque seamos incapaces o estemos sobre calificados establecen ese limite principalmente para sobrevivir, crecer o aprender de nuestras experiencias de vida. Basadas en la fe y en la capacidad de pensar que algo es posible, las creencias se arraigan en nuestro ser y afectan nuestra forma de pensar, sentir y actuar. Aunque a veces pueden ser inconscientes, tenemos la libertad de cambiarlas para crear la realidad que deseamos.
El origen de creencias y su influencia en nuestras vidas:
El término “creencia” se deriva del concepto latino de “tener fe” y se relaciona con la idea de “pensar que algo es posible”. Nuestras creencias se forjan a través de la percepción del mundo que obtenemos a lo largo de nuestras vidas, ya sea a través de experiencias personales, enseñanzas recibidas o creencias heredadas genéticamente o socialmente. Somos el resultado de miles de creencias que nos han sido transmitidas.
Estas creencias influyen en la forma en que percibimos al mundo y establecen los límites de lo que creemos que podemos alcanzar. Cuando nos enfrentamos a una situación, nuestras creencias determinan nuestras expectativas y, a su vez, nuestras expectativas generan resultados. Este ciclo de creencias y resultados se perpetúa de generación en generación.
El poder de las creencias en nuestra fisiología y emociones:
Nuestras creencias no solo influyen en nuestra percepción, sino que también tienen un impacto en nuestro cuerpo y emociones. Cuando surge una creencia, nuestra mente subconsciente envía señales a nuestras glándulas para secretar hormonas que nos preparan para lo que creemos que sucederá, incluso si es solo una posibilidad, por ejemplo: Creer que caminar a solas por un bosque es peligroso porque nos comerá un animal, nuestras glándulas suprarrenales liberan hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, activando así respuestas de lucha o huida, aunque todo haya sucedido en nuestra imaginación.
Las hormonas generan emociones que, a su vez, influyen en nuestros pensamientos y acciones. Así, nuestras creencias crean un ciclo en el que nuestros pensamientos se convierten en emociones, los cuales se traducen en acciones que refuerzan nuestras creencias. Es en este sentido que se dice que nuestros pensamientos crean nuestra realidad.
La capacidad de cambiar nuestras creencias:
Aunque nuestras creencias pueden ser poderosas y arraigadas, no estamos condenados ni obligados a permanecer con ellas. Tenemos la capacidad de reconocer y cambiar las creencias que nos limitan para poder crear la vida que deseamos. Al cuestionar y examinar nuestras creencias, podemos liberarnos de las limitaciones autoimpuestas y abrirnos a nuevas posibilidades.
El proceso de cambio de creencias requiere reflexión, voluntad, autoconocimiento y decisión, ThetaHealing es una técnica de sanación energética que puede ser utilizada como una herramienta efectiva para cambiar creencias, al desafiar nuestras creencias limitantes, podemos reemplazarlas con creencias potenciadoras que nos impulsen hacia el logro de nuestros objetivos y sueños.
Las creencias son componentes esenciales de nuestra experiencia humana. Crean nuestra percepción del mundo y establecen los límites de nuestras capacidades. Sin embargo, tenemos la libertad de cambiar nuestras creencias y, por lo tanto, nuestra realidad. Al reconocer las creencias que nos limitan y reemplazarlas por aquellas que nos potencian, podemos abrirnos a nuevas posibilidades y crear la vida que deseamos. Nuestras creencias no solo dan forma a nuestra realidad, sino que también nos brindan el poder de transformarla.